Manual práctico con sugerencias de la intendencia de Montevideo y organizaciones no gubernamentales para hacer un manejo más inteligente de los residuos que se generan en el hogar
En Montevideo, cada día un habitante puede desechar hasta 1,1 kilos de residuos domésticos. Aunque requieren de un manejo apropiado para asegurar el cuidado del medioambiente, la relación entre el montevideano y la basura podría catalogarse casi como maquinal: lo que se deshecha del hogar debe desaparecer. Este parece ser el pacto.
La Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) considera que el ciudadano debe apuntar hacia un tratamiento más pensado a la hora de deshacerse de la basura. El director del departamento de Desarrollo Ambiental de la IMM, Juan Canessa, señaló que, como sociedad, todavía no se asocia la cuestión de los residuos como un potencial generador de oportunidades y tampoco se tiene conciencia de la responsabilidad que hay hacia las futuras generaciones.
“En Uruguay en general estamos retrasados con respecto a otros países en comprender los beneficios de una adecuada gestión de los residuos por motivos ambientales y sociales”, indicó. “Esto se vincula con la construcción futura de una cultura ciudadana educada en el mejor aprovechamiento de los recursos a través de la promoción de la cultura de las “r” (reducir, reutilizar, reciclar) y cómo tomamos conciencia que con pequeñas acciones podemos ayudar a mejorar la vida de otros”, agregó el director.
Por su parte, el Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre), una asociación civil sin fines de lucro que busca promover la reducción y el reciclaje de residuos en Uruguay desde el sector empresarial, promueve la creación de un “consumidor astuto” que busque generar menos residuos desde el mismo momento del consumo de productos.
La secretaria ejecutiva de Cempre, María José González, manifestó a El Observador que la mentalidad montevideana sigue sin cambiar y que se mantiene la noción de que, una vez desechados los residuos en el contenedor, desaparecen “mágicamente”. Y eso no es así.
Para remediar esta noción descuidada, existen algunas soluciones propuestas por varias ONG y por el mismo organismo municipal, con el propósito de crear un desecho más inteligente.
Materiales para reciclar
A través de una aplicación web lanzada dentro de la plataforma Montevideo Convive (www.convive.montevideo.gub.uy) se puede consultar la ubicación geográfica de los contenedores para depositar materiales con capacidad de reciclaje.
El usuario solo debe ingresar la combinación de calles en las referencias del mapa interactivo y allí se desglosan los diferentes tipos de material que admite cada contenedor: plásticos, vidrios, latas y pilas.
Batería de celulares
Según datos de Presidencia, en Uruguay hay una tendencia de recambio de teléfonos móviles cada dos años, en promedio.
Pero en el país todavía no se ha implementado una forma eficiente de procesar los residuos que se obtienen de los dispositivos celulares en desuso, como las baterías.
ANTEL lanzó una campaña de recolección de este tipo de material, por lo que los usuarios pueden acercar sus teléfonos “muertos” a las oficinas del ente, antes de tirarlos a la basura. Los celulares, baterías y cargadores contienen mercurio, plomo y cadmio, cuyo poder tóxico contamina el suelo si se desechan descuidadamente.
Muebles y electrodomésticos
Heladeras, roperos, sillones, monitores, colchones o televisores. No es raro que cualquier mudanza o el paso del tiempo genere la necesidad de deshacerse de grandes volúmenes de mobiliario.
Si bien dejar estos armatostes a un costado o dentro del contenedor parece lo más fácil, para este tipo de basura “inédita”, la Intendencia Municipal de Montevideo cuenta con un servicio de recolección especial. Se puede solicitar de manera gratuita a través del número 1950 3000 (opción 3) de lunes a viernes entre las horas 8 y 17, o a través de los centros comunales zonales. El trámite para coordinar la recolección con el usuario demora entre 24 y 48 horas.
Vidrios y envases
Cempre propone deshacerse de los vidrios envolviéndolos en papel de diario de manera de disminuir posibles daños para los hurgadores. Un camino para promover su utilización es acercarse a Envidrio, una cooperativa que funciona en el Parque Tecnológico del Cerro (PTC) y se encarga de la fabricación y recuperación de vidrio. Para facilitar su reciclaje, el vidrio debe ser separado por color, por un lado los transparentes y por otro aquellos de vino o cerveza. Los envases de vidrio también pueden depositarse en los contenedores de la intendencia.
Si se decide arrojar los envases de plástico al contenedor deben ser compactados en forma manual para remover el aire restante y que ocupen menos espacio en los contenedores y camiones.
Lámparas de bajo consumo
Las lámparas eficientes son buenas para bajar el consumo de energía pero malas para tirar en el cesto de basura. La Dirección Nacional de Medio Ambiente y UTE están en proceso de coordinar una disposición final adecuada, ya que todavía no hay un destino definido. Al deshacerse de las lámparas agotadas, debe procurarse que no haya roturas para evitar que se libere el mercurio que llevan en su interior.
Aceites comestibles
Aunque la grasera puede ser la solución apurada para algunos, nunca debe ser el destino final del aceite. Para alejarlo del sistema de saneamiento como destino final, Cempre recomienda que se empaquete en un bollón cerrado para luego ser desechado. l
La Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) considera que el ciudadano debe apuntar hacia un tratamiento más pensado a la hora de deshacerse de la basura. El director del departamento de Desarrollo Ambiental de la IMM, Juan Canessa, señaló que, como sociedad, todavía no se asocia la cuestión de los residuos como un potencial generador de oportunidades y tampoco se tiene conciencia de la responsabilidad que hay hacia las futuras generaciones.
“En Uruguay en general estamos retrasados con respecto a otros países en comprender los beneficios de una adecuada gestión de los residuos por motivos ambientales y sociales”, indicó. “Esto se vincula con la construcción futura de una cultura ciudadana educada en el mejor aprovechamiento de los recursos a través de la promoción de la cultura de las “r” (reducir, reutilizar, reciclar) y cómo tomamos conciencia que con pequeñas acciones podemos ayudar a mejorar la vida de otros”, agregó el director.
Por su parte, el Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre), una asociación civil sin fines de lucro que busca promover la reducción y el reciclaje de residuos en Uruguay desde el sector empresarial, promueve la creación de un “consumidor astuto” que busque generar menos residuos desde el mismo momento del consumo de productos.
La secretaria ejecutiva de Cempre, María José González, manifestó a El Observador que la mentalidad montevideana sigue sin cambiar y que se mantiene la noción de que, una vez desechados los residuos en el contenedor, desaparecen “mágicamente”. Y eso no es así.
Para remediar esta noción descuidada, existen algunas soluciones propuestas por varias ONG y por el mismo organismo municipal, con el propósito de crear un desecho más inteligente.
Materiales para reciclar
A través de una aplicación web lanzada dentro de la plataforma Montevideo Convive (www.convive.montevideo.gub.uy) se puede consultar la ubicación geográfica de los contenedores para depositar materiales con capacidad de reciclaje.
El usuario solo debe ingresar la combinación de calles en las referencias del mapa interactivo y allí se desglosan los diferentes tipos de material que admite cada contenedor: plásticos, vidrios, latas y pilas.
Batería de celulares
Según datos de Presidencia, en Uruguay hay una tendencia de recambio de teléfonos móviles cada dos años, en promedio.
Pero en el país todavía no se ha implementado una forma eficiente de procesar los residuos que se obtienen de los dispositivos celulares en desuso, como las baterías.
ANTEL lanzó una campaña de recolección de este tipo de material, por lo que los usuarios pueden acercar sus teléfonos “muertos” a las oficinas del ente, antes de tirarlos a la basura. Los celulares, baterías y cargadores contienen mercurio, plomo y cadmio, cuyo poder tóxico contamina el suelo si se desechan descuidadamente.
Muebles y electrodomésticos
Heladeras, roperos, sillones, monitores, colchones o televisores. No es raro que cualquier mudanza o el paso del tiempo genere la necesidad de deshacerse de grandes volúmenes de mobiliario.
Si bien dejar estos armatostes a un costado o dentro del contenedor parece lo más fácil, para este tipo de basura “inédita”, la Intendencia Municipal de Montevideo cuenta con un servicio de recolección especial. Se puede solicitar de manera gratuita a través del número 1950 3000 (opción 3) de lunes a viernes entre las horas 8 y 17, o a través de los centros comunales zonales. El trámite para coordinar la recolección con el usuario demora entre 24 y 48 horas.
Vidrios y envases
Cempre propone deshacerse de los vidrios envolviéndolos en papel de diario de manera de disminuir posibles daños para los hurgadores. Un camino para promover su utilización es acercarse a Envidrio, una cooperativa que funciona en el Parque Tecnológico del Cerro (PTC) y se encarga de la fabricación y recuperación de vidrio. Para facilitar su reciclaje, el vidrio debe ser separado por color, por un lado los transparentes y por otro aquellos de vino o cerveza. Los envases de vidrio también pueden depositarse en los contenedores de la intendencia.
Si se decide arrojar los envases de plástico al contenedor deben ser compactados en forma manual para remover el aire restante y que ocupen menos espacio en los contenedores y camiones.
Lámparas de bajo consumo
Las lámparas eficientes son buenas para bajar el consumo de energía pero malas para tirar en el cesto de basura. La Dirección Nacional de Medio Ambiente y UTE están en proceso de coordinar una disposición final adecuada, ya que todavía no hay un destino definido. Al deshacerse de las lámparas agotadas, debe procurarse que no haya roturas para evitar que se libere el mercurio que llevan en su interior.
Aceites comestibles
Aunque la grasera puede ser la solución apurada para algunos, nunca debe ser el destino final del aceite. Para alejarlo del sistema de saneamiento como destino final, Cempre recomienda que se empaquete en un bollón cerrado para luego ser desechado. l