SEGURIDAD E HIGIENE INDUSTRIAL

13/3/13

Obras Sanitarias del Estado ¿Su pureza es confiable?


El abastecimiento de agua corriente en Montevideo fue el primero en nuestro país, comenzó en el año 1871 y estuvo a cargo de la Compañía de Aguas Corrientes.
En 1879 la Compañía de Aguas Corrientes fue vendida a ingleses, creándose The Montevideo Waterworks Company.
En el interior del país el servicio de agua corriente y saneamiento, se fue incorporando en diferentes momentos y estuvo a cargo de las Intendencias o de la Dirección de Saneamiento del Ministerio de Obras Públicas, dependiendo de la localidad.
De acuerdo a la página de la OSE, las deficiencias en el servicio, la falta de recursos de estos organismos que aseguraran la continuidad y eficacia en el mismo, suscitaron diferentes reclamos por parte de los habitantes a finales de la primera mitad del siglo XX.
Para resolver esta problemática, en diciembre de 1952 se crea OSE (Obras Sanitarias del Estado, por la fusión de la Compañía de Aguas Corrientes, (empresa británica nacionalizada) y la Dirección de Saneamiento del Ministerio de Obras Públicas. La carta orgánica de OSE establece que es una empresa pública cuyo objetivo es el abastecimiento de agua potable, considerando el agua un derecho humano y no una mercancía.
Desde 1952, OSE se encarga del abastecimiento de agua potable en todo el país y del saneamiento en los 18 departamentos del interior, anteponiendo las razones de orden social a las de orden económico.
Situación del agua potable, no tan claro como el agua
Agua: recurso finito y no renovable, El uso del agua se hace como si nunca se fuese a acabar, La estructura sanitaria del país no está en las mejores condiciones y la cercanía de tóxicos de las principales cuencas hace peligrar su potabilidad, situación que ha sido denunciada repetidas veces.
En octubre de este año se dio a conocer el informe, realizado por la relatora de la Organización de Naciones Unidas, Catarina De Albuquerque, en relación a la situación del agua en nuestro país. De Albuquerque recibió información respecto a que en algunas zonas rurales el agua potable está, "excesivamente clorada, posiblemente para combatir la contaminación".
También fue informada de que algunas industrias ganaderas y proyectos en gran escala tienen efectos negativos en los recursos acuáticos. Los agroquímicos y los desechos fecales, en su mayoría de ganado porcino o vacuno, "se descargaban directamente en las fuentes de agua y estaban afectando a la calidad del agua y aumentando el riesgo de diversas enfermedades".
"Cuando llueve, los efluentes penetran en el terreno por lixiviación o transportan materia fecal a los ríos, movilizando los contaminantes y mezclándolos con el agua que contamina los ríos", indica el informe. Según De Alburquerque, esta es la situación en la cuenca del Santa Lucía - principal fuente de agua potable del área metropolitana-, por "las granjas lecheras de San José y Canelones".
"Los pozos también estaban contaminados, ya que los efluentes penetraban en la capa freática", añade.
Por otro lado expresó una visión crítica sobre las posibilidades que tienen organismos como la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) para ejercer el contralor. "Y no sólo la Ursea: la Dirección Nacional del Agua (Dinagua), la Dirección Nacional del Medio Ambiente (Dinama)… Advirtió sobre la necesidad de realizar estudios de impacto ambiental (por parte del Estado y no de particulares interesados) "para asegurar que determinadas actividades económicas no menoscaben los derechos humanos al agua potable y el saneamiento". Y recordó al gobierno de Uruguay que "los actos de omisión pueden equivaler a violaciones de los derechos humanos". En este sentido, recomendó velar por los proyectos de inversión en gran escala, para que "no causen efectos negativos en la cantidad y calidad del agua para uso personal y doméstico".
Estado del agua de OSE y Universidad de la República
En una entrevista periodística realizada en octubre al ingeniero agrónomo, Daniel Panario, que dirige la Maestría en Ciencias Ambientales, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, él comienza diciendo que prefiere no tomar agua de la canilla, que tiene un pozo, y de ahí saca el agua para beber y para cocinar. Además dice que la única agua que le confía a OSE es la que usa para bañarse. Claramente sus declaraciones muestran que el agua suministrada por OSE no es de confiar.

Panario junto a otros científicos identifican tres problemas significativos para la calidad del agua en Uruguay: la forestación, el avance de los cultivos de soja y ciertas algas tóxicas. Estas últimas formadas en algunos embalses por el exceso de fósforo y nitrógeno, provenientes de cultivos agrícolas.
Por otro lado advierten que este recurso -cada cada vez más valioso- sigue estando descuidado en Uruguay.
En relación a la forestación, se han establecido áreas de prioridad forestal en lugares tan preciados como zonas cercanas a ríos y manantiales donde justamente comienza el ciclo el ciclo hidrológico. Se da como ejemplo, la cuenca del río Santa Lucía y buena parte de la cuenca de la laguna Merín. De esta manera se exporta agua de manera “encubierta” en la producción de rolos o de celulosa. Cuando el uso de las grandes cuencas debería ser cosecha de agua potable, estos lugares son asignados con prioridad a las empresas que forestan.
Por otra parte, la alta rentabilidad de la soja también genera controversias respecto al agua. Uno de los posibles efectos colaterales del cultivo de soja es que sustancias tóxicas como glifosato pueden llegar a ríos y corrientes de agua potable.
La tercera amenaza al agua en su ruta hacia la canilla está en las algas tóxicas formadas en algunos embalses por el exceso de fósforo y nitrógeno, provenientes de cultivos agrícolas. Estas son sustancias que no se eliminan hirviendo el agua.
Este panorama descrito por la representante de la ONU y científicos y referentes en temas ambientales de la Universidad de la República, contiene elementos suficientes para que los organismo del Estado tomen cartas en el asunto sobre la contaminación del agua, y el poco monitorio y fiscalización de la contaminación del agua no solo por agrotóxicos sino que por otras sustancias que día a día contaminan nuestras agua.
OSE dice que “el agua potable está considerando un derecho humano y no una mercancía”.Agregamos que: “La contaminación es privatización y apropiación de un bien de todos y no de unos pocos”.
RAPAL Uruguay
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