MONTEVIDEO, 19 Feb (UYPRESS) - El teléfono móvil, el celular, el 'cordón umbilical' con el mundo, con la vida real, es la causa de estrés de millones de personas en el mundo. La pérdida de señal, agotamiento de la batería, son algunos síntomas de la nomofobia.
La palabra 'nomofobia' tiene su origen en el idioma inglés: 'no mobile phobia' (fobia a estar sin móvil) y es el miedo irracional que sienten algunas personas cuando algo les impide interaccionar con su celular.
Un estudio reveló que en Reino Unido ya el 66% de la población sufre esta patología, lo que supone un aumento del 53% en relación a un sondeo realizado hace cuatro años, de acuerdo a 'BBC Mundo'.
La patología se identificó en el año 2008 por primera vez y quienes la padecen experimentan una gran ansiedad cuando se les extravía el celular, la batería o crédito se agota y se quedaron sin señal. El primer estudio sobre el tema lo realizó el gobierno británico hace cuatro años. A partir de ahí, se registró que un 56% de hombres y un 48% de mujeres sufrían esta fobia y que un 9% se sentía 'estresado' cuando su aparato se apagaba.
La investigación actual, elaborada por la empresa de dispositivos de seguridad para celulares 'SecurEnvoy', reveló que la cifra de afectados aumentó en el país. Luego de encuestar a unas 1.000 personas, el 77% de las personas con edades entre los 18 y los 24 años sufrían nomofobia y en la franja de edad de los 25 a los 34 años, bajó a un 68%. Un 41% de los encuestados lleva consigo dos celulares para no quedarse nunca quedarse 'desconectados'.
Francisca López Torrecillas, experta en adicciones de la Universidad de Granada, sostiene que 'todavía no se puede considerar una enfermedad. Es más bien un síntoma de la adicción al móvil'. Sostiene que un nomofóbico no puede salir a la calle sin el teléfono celular e invierte un mínimo de cuatro horas diarias consultándolo por motivos ajenos al trabajo. Ese tipo de persona 'suele tener baja autoestima, ser introvertido y en su tiempo libre sólo usa el celular, algo que va unido a no tener otras actividades de ocio', señaló.
Otros especialistas basan su tesis de la adicción a la tecnología, más precisamente con la necesidad de revisar constantemente cada mensaje, alerta o sonido que genera el teléfono. A principios de este año un equipo de investigadores de la Universidad de Worcester en Reino Unido, determinó que esta ansiedad permanente -resultado de estar siempre conectados- eleva considerablemente los niveles de estrés. El malestar era mayor cuando el móvil se usaba más para fines personales que laborales.
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